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Resignificar nuestra historia. Estrategia de transformación para fortalecer nuestra identidad.

    Resignificar el fracaso.

    Fracaso y éxito.
    Miserias y glorias.
    Sobrevivir y vivir.
    Amor y miedos.
    Luces y sombras.

    No conseguirlo.
    Que duela tanto.
    Fallar. Fallarte,
    Juzgarte. Juzgar.
    Exigirte. Perderte.
    Perder mi centro. Perdérme.
    No perdonar, vivir en el rencor.
    Vivir en la lucha de la batalla.
    ¿Compasión? ¿y eso qué es?.
    Perder la compasión por mí mismo y por el otro.
    ¿A qué vine a la vida?
    Perder tu sentido de vida.

    Resignificar el fracaso.
    Darle otro sentido.

    Darle la vuelta a la tortilla.
    Levantarte de tus cenizas.

    Resignificar las experiencias de vida. 

    Otra forma de vivir.
    Otro orden. Otra mirada. Otra forma de ser.
    Cambios.
    Transformaciones.
    Revolcones vitales.

    Resignificar, darle otro significado a algo.

    Resignificar nuestra historia. Estrategia de transformación para fortalecer nuestra identidad.

    Levántate de tus cenizas.

    En el vacío existencial, viene la metamorfosis.

    “Las cosas no cambian. Lo que cambia es tu forma de mirar”.

    Es una ley universal de vida: La ley causa y efecto.
    El pensamiento, la causa, el efecto, lo causado con el pensamiento.

    Resignificar las experiencias vividas, es darles otro significado, otra mirada.

    Toma distancia, mira con otra perspectiva, se un nuevo observador al suceso, acontecimiento o conducta que estés viviendo. 

    A esa situación, aunque nos parezca angustiante y limitante, dale otro significado, verás las posibilidades y su riqueza.

    De la miseria, la gloria.

    Cada experiencia vivida la acompañamos, la “catalogamos” desde un sentir, emoción, y el significado que le des a esa experiencia, con la emoción correspondiente, que has asociado.

    Del rencor, podemos pasar a la aceptación, a la compasión, desde la resignificación de la experiencia.

    Resignificar es esencial para nuestra transformación humana, tras los “revolcones vitales», podemos elegir vivir en la evolución o quedarnos en la queja, resignación.

    Podemos elegir vivir desde una nueva comprensión desde el presente vivido, resignificando la experiencia del pasado o la proyección del futuro.

    • Resignificar el pasado en función del presente: dar un nuevo sentido a algo del pasado en función de algo ocurrido en el presente. 
    • Resignificar el futuro en función del presente: como el caso de una persona que consigue el premio de la lotería y, en función de ello, resignifica todas las imágenes que hasta entonces tenía sobre su futuro.

    La vida, nuestra historia, nuestros recuerdos, ¿desde qué significado lo vivimos?.

    Nuestra idea sobre las cosas y el significado que le damos a lo que hacemos en la vida depende de nuestra percepción de ello. 

    Recordemos que nuestro cerebro es un gran interpretador y los modos posibles de interpretar las experiencias son infinitos, ¿Y sí cambiamos los patrones de percepción habituales?.

    El pasado ya no puede cambiarse porque no existe, lo único que existe son los significados que hoy le estamos dando y que están siendo influidos por el momento actual

    Lo importante es el presente y lo que hagamos con el significado en éste.

    El proceso de reflexión.
    “Para qué” nos tocó vivir esto o lo otro, es decir, si ya sucedió así, ¿Para qué tuve que haber vivido esto en mi vida? ¿Qué me aportó? ¿Tuve un aprendizaje importante?.

    Soltar el mito de la justicia. La teoría de la falsa justicia, o justicia universal, con la que solemos vivir.
    Soltar el control de la vida.
    La vida está por encima nuestra.

    El proceso de la rendición.
    Soltar el miedo al cambio, a la incertidumbre.

    El significado de la incertidumbre nos lleva al miedo del vacío existencial, al abandono, apego ansioso y perturbante, a aquellas viejas heridas donde nos sentimos así y por supervivencia huimos de ese momento, el significado que tenemos del cambio, de la incertidumbre, es el abandono, rechazo. (“No sirves”, “no eres valida”, “no te quiero”…).

    Cuestionarnos las creencias que mantienen nuestra experiencia. 

    Ciertas creencias o pensamientos pueden ocasionar bloqueos para incorporar internamente la experiencia, por lo que debemos trabajarlas a través de intervenciones dirigidas a flexibilizar nuestra parte rígida (flexibilidad psicológica). 

    Abrirnos a otros significados (narrativas internas), como el diálogo interno, nuestra programación, el cómo nos hablamos: marca nuestros escenarios de vida.

    ¿Qué narrativa te estás contando de aquella historia, suceso o momento vivido? 

    ¿Desde qué significado?

    En este proceso de transformación, es muy importante la actitud, estar preparados, con apertura, dispuestos a cuestionarse y soltar.

    Abrir la amplitud del observador que somos, incorporando: aceptación, ambición, tolerancia, flexibilidad…  siendo consciente que pueden ser diversas las posturas (interpretaciones) de acercamiento a la realidad (observador múltiple).

    Seamos valientes para explorarnos, en nuestras profundidades encontraremos un sentido que nos haga anclarnos a la vida con mayor motivación y asertividad.

    Hagamos de la resiliencia la habilidad que tomemos por bandera para afrontar las dificultades venideras.

    Resignifiquemos las experiencias para sanar, y para seguir adelante.

    Desde la visión de la psicología humanista e integrativa, desde mi experiencia de cómo hallé la paz en el gran vacío existencial de mi vida, donde mis heridas a flor de piel sangraban, literalmente, no te miento el viaje ha sido, es, de escozor. 

    Dedico mi vida, durante más de 11 años ya, a la búsqueda, aprendizaje y enseñanza del autoconocimiento y desarrollo humano.

    En el encuentro de la comprensión al momento vivido, del “para qué”, de su aprendizaje, en el sentido de ser, de aquel momento y de mi existencia y en el resignificado de aquel momento doloroso, encontré en la comprensión, la paz, el entendimiento, la compasión hacia mí y hacia el otro, la comprensión y aprendizaje de la vida, el gracias. 

    El resignificado de la experiencia vivida, como herramienta de gestión emocional, de autoconocimiento, aprendizaje y como herramienta de valoración de la vida.

    Las diferentes técnicas para resignificar parten del autoconocimiento y autorreflexión, porque tomando consciencia y explorándonos podremos encontrar el camino hacia la transformación.

    Una de ellas es la logoterapia, una psicoterapia que propone que la voluntad de sentido es la motivación primaria del ser humano, una dimensión psicológica inexplorada por paradigmas psicoterapéuticos anteriores, y que la atención clínica a ella es esencial para la recuperación integral del paciente.

    La logoterapia fue fundada y desarrollada por el psiquiatra vienés Viktor Frankl (1905-1997). Desde muy temprano Frankl se interesa por el psicoanálisis y mantiene contacto con Freud. Posteriormente se orienta hacia la psicología individual de Alfred Adler a quien Frankl conoce personalmente. Busca un complemento a la psicología individual adleriana. Habla de los valores y el sentido de la vida

    Se basa en tres supuestos filosóficos que son fundamentales para su desarrollo:

    1. La libertad de voluntad (antropología): que explica que todo ser humano es capaz de tomar sus propias decisiones, por lo que es libre de escoger su propio destino y no convertirse en una marioneta a merced del mismo, o del inconsciente colectivo (pandeterminismo)
    2. La voluntad de sentido (psicoterapia): expresa la preocupación de Frankl ante los métodos psicológicos enfocados en la percepción del “componente exterior”, desvirtuando la idea del animatismo presente en el ser humano que lo hace único ante el reino vegetal y animal(psicologismo)
    3. El sentido de vida (filosofía): que para la logoterapia es un factor incondicional que no se pierde bajo ninguna circunstancia, pero puede escaparse de la comprensión humana. La Logoterapia es una percepción positiva del mundo (reduccionismo).

    Frankl consideraba que la experiencia humana tiene tres dimensiones: la somática o física, la mental y la espiritual. Según este autor, el origen de las alteraciones psicológicas es la falta de fortaleza de la dimensión espiritual, así como de sentido en la vida.

    El para qué, el significado de lo que vivo, de la experiencia, de lo que soy y puedo aportar al mundo de valor, da una satisfacción y chute de hormonas de la felicidad al cerebro inmensa.

    Espero que tras leer este artículo, puedas dar una nueva mirada a tus vivencias, ver el aprendizaje, el valor y evolución de cada experiencia de tu vida, en ella, te aseguro que encontrarás, la comprensión, la paz interna y el significado de camino de vida.

    Convierte la resiliencia en tu aliada principal para enfrentar los desafíos que vendrán.

    Transforma tus experiencias, dándoles un nuevo significado que te permita sanar y seguir avanzando.

    Paula Ibáñez
    Asesora, coach, mentora de emprendimiento y negocios con valor diferencial.
    Coach integrativa y divulgadora desarrollo y potencial humano.
    Desarrollo personal y profesional.

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